vuelo y arraigo
Siempre intuí que esta habilidad de trapecista,
en la forma de moverme laboralmente y en la vida,
refería por igual a una especie de adaptación al medio,
tan fluctuante como el agua,
y a la necesidad de equilibrarme entre el vuelo y el arraigo
-cielo y tierra-, entre la magia y la realidad.
(algo de eso hay en el flamenco, también.
Y en el universo celta de mi sangre.
dragones).
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