jueves, 14 de junio de 2007

la vida de nosotros



SONATA PARA UN HOMBRE BUENO

La vida de los otros. Das Leben Der Anderen -Alemania- 2006

http://kinephilos.blogspot.com

He vuelto a ver esta película e intentaré descifrar las dos perturbaciones mayores que me ha provocado su visión más allá del contexto histórico, artístico, emotivo en que discurre el relato.

La primera es la percepción de la gran tragedia que significa la muerte de las ideologías (encubrimiento, máscara social, esas banderas y estandartes que muchas veces levantamos para defendernos de nosotros mismos y justificarnos ante los otros): un profundo y progresivo desencajamiento, descolocamiento existencial. Como en la vida, en este film la historia pone a los personajes todo el tiempo, insistentemente, en el lugar equivocado. El bueno en el lugar del obsecuente, el malo en el lugar del bueno, el amor en el lugar del miedo, el arte en el lugar del poder, la pasión vital en el lugar de la muerte, la verdad en el lugar de la traición.

La insoportable irredención del mal, la imposible redención del bien.

Ese ... "perdóname, pérdoname"... dicho hacia el final por la -descolocada- víctima ante su -descolocante- victimario es una herida que también desencaja al espectador con un dolor seco, intenso y visceral. Es que se hace insoportable asumir los repliegues insondables del alma humana, el eco casi sereno de la tragedia discurriendo por su cauce imperturbable, inevitable. Porque las figuritas nuevamente están cambiadas, trastocadas: los roles mismos se van descolocando ante un sistema que desdobla al bueno del malo en un constante reciclaje viciado.

Conmueve la bondad iluminando esta sordidez, esta sonata para un hombre bueno, bueno de humanidad pura, cuya tragedia es la de permanecer idealista en un sistema de ideales que se va rasgando, quebrando, cayendo en mil pedazos.

..."Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo, cultivo una rosa blanca..." José Martí

La segunda perturbación / percepción ha sido la que provoca evidenciar cómo escapamos, cómo tomamos distancia de nuestro propio pasado, de nuestras acciones y decisiones proyectando prejuiciosamente el horror y el espanto ante la maldad de los otros: un regimen opresivo lejano -la Stassi-, y un hombre seco, estéril afectivamente, gris. Nos inmunizamos como sociedad y nos esterilizamos como personas enjuiciando, como si nunca hubieramos sido protagonistas de lo mismo sino tan sólo testigos.

Es la vida de los otros, no la nuestra. La ficción que nos habilita para no vernos reflejados en el espejo de nuestra propia imagen y memoria como pueblo.

Y por casa como andamos? Y nosotros? Dónde estabamos? Por qué es más fácil identificar el mal en los otros que el tronco en el ojo propio? Yo sentí una especie de catarsis colectiva porque la historia no parece, es, repetida. Esto ya lo vi, esto ya lo escuché.... sólo cambia el paisaje. Pero de eso no se habla.

Nos calma, como plantea Foucault en “Vigilar y Castigar”, el poder colocar, encasillar, tanto a los malos como a los locos, en algún lugar cerrado; nos tranquiliza encerrarlos en un espacio alejado de nuestros espacios y así dejar en claro que somos diferentes.

Nuestro Superyo, feliz y satisfecho. La culpa está en otros que no se nos parecen.

Los mecanismos de identificación que se juegan en el cine, a veces, atentan contra nuestro equilibrio (¿precario?) mental.
Nos calma mucho ser los “vigilados” y no los “vigiladores”, tener la confirmación de ser las víctimas y no los victimarios. Así somos los buenos y dormimos tranquilos.

Ha habido también otras críticas muy ideologizadas, otras con una carga afectiva demasiado grande y otras centradas en el arte, en el efecto de catarsis del arte. En este caso, de la música como motor del cambio, algo así como que las manifestaciones del arte te hacen bueno, cosa absurda si las hay. La emoción estética que produce el arte no tiene nada que ver con la bondad. Tiene que ver con la felicidad que produce la belleza con mayúscula, no con la bondad, ni siquiera en minúscula. Para muestra, Hitler.

Pero en cambio la bondad siempre siempre siempre es bella aunque a veces se esconda en lo oscuro, lo feo, lo sucio y lo malo.

Lobo está?....Para iluminarte mejor.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Otra "película" por estas pampas
El caso Dalmasso y el morbo público
http://www.lanacion.com.ar/informaciongeneral/nota.asp?nota_id=916211

No hay comentarios: