viernes, 25 de mayo de 2007

bendición celta


Que la bendición de la luz te acompañe,

desde afuera y desde tu interior.

Que la luz del sol brille sobre ti y entibie tu corazón

hasta que arda como un gran fuego de turba,

de tal suerte que el extraño pueda venir y entibiarse en él.

Que una luz bendita brille en tus ojos,

como una vela en dos ventanas de una casa,

invitando al vagabundo a entrar a refugiarse de la tormenta.

Que siempre des una palabra de aliento a los que superes,

mientras marchas por los caminos.

Que la bendición de la lluvia, la dulce y suave lluvia, caiga sobre ti,

para que así las pequeñas flores puedan brotar y sembrar su dulzura en el aire.

Que la tierra sea blanda debajo de ti cuando reposes sobre ella,

cansado al final del día.

Que la tierra sea liviana sobre ti, cuando al fin yazgas bajo ella.


Que repose tan levemente sobre ti que tu espíritu pueda
salir fuera de ella,


hacia arriba, en su camino.
Nunca me imaginé Miguel
que esto que me mandaste
casualmente y hace tan poco,
sin saber de mis búsquedas
para mi cuaderno de bitácora
iba a terminar premonitoriamente
como una dedicatoria
ante tu inesperada partida.
Que la tierra te sea leve.
Buen viaje!
A Miguel Murtagh

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